martes, 27 de abril de 2010

Un aburridísimo Pleno

Quienes asistimos ayer al Pleno del Ayuntamiento de Palma pudimos ver la representación de un “vodevil” escandaloso.
Por un lado mujeres florero con graves problemas de incontinencia, lo cual justificaría son idas y venidas, pavoneando sus palmitos y “wonderbra” (presuntamente nacionalista) ante la lasciva mirada de conservadores engominados y embutidos en su “Emidio Tucci”, por otro lado el banquillo de los conservadores (que me perdonen por el símil judicial de la acepción “banquillo”) cuya necesidad de comer más fibra es evidente, salvo que el color de sus facciones se deba a una enfermedad hepática o a las luces de la Sala y por último la expectante mirada del lado progresista que no daba crédito a lo que estaba pasando.
Lo mejor del día fueron las respuestas del responsable de Hacienda Andreu Alcover a las preguntas del conservador Martínez, o la profesionalidad del Sr. Grosske que, sin inmutarse contestó por alusiones dejando sin argumentos a quienes removían los mismos argumentos de siempre.
Lo peor, las catorce proposiciones, seis comparecencias y diecisiete preguntas con las que el Grupo Parlamentario Popular quiso justificar su demencial intención de obligar al Consistorio a realizar dos Plenos mensuales. Intención que ya ha sido parada por quien tiene competencia para estos asuntos, los Tribunales. Aunque quizás debiéramos darle el dudoso honor de “lo peor” a la actitud de la nacionalista Cristina Cerdó mientras su compañero de partido Llorenç Palmer se hacía un lío tremendo en su única intervención y que demuestra la escasa o nula calidad humana de la Presidenta de EMAYA.
En fin, recuerdo que en mis clases de Constitucional, el profesor calificaba al Parlamento Inglés como el Gran Teatro Político de la Democracia Occidental, frente al modelo francés mucho más institucionalizado. Hoy, una ciudad de menos de medio millón de habitantes, puede haberle quitado esa condición…

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