miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿Quien controla?

Hoy sabemos que el Gobierno ha tenido que ampliar cuatro semanas más el Estado de Alarma provocado por la irracional movilización de un colectivo de trabajadores que cuenta con alrededor de 2.500 trabajadores y cuyo sueldo ronda los 300.000 euros anuales. Un conflicto que mantuvo en jaque, el pasado sábado 4 de diciembre a acerca de 600.000 personas en los aeropuertos y cuyas consecuencias económicas posiblemente nunca lleguemos a saber, pero que se suma a la encadenación de desgracias que sufre nuestra economía.
Sería muy fácil entrar en la tentación de afirmar que un trabajador que gana tres veces más que un juez o un cirujano o veinte veces más que un “mileurista” (como el que suscribe) tendría que aparcar la demagogia y responsabilizarse de la responsabilidad que cae en su gestión pero, la realidad supera a la ficción y hoy se sigue apelando a los sentimientos para justificar un ataque de prepotencia supina y que tuvo sus consecuencias necesarias.
Es la primera vez, en 35 años de democracia, que se produce el “Estado de Alarma” que, recordemos, está amparado en el artículo 116.2 de la Constitución Española y desarrollado por la “Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los Estados de Alarma, Excepción y Sitio” y tras su proclamación subyacen muchas consecuencias que pueden afectar y coartar nuestros derechos y garantías. Veamos por un momento alguno de los efectos de la declaración de esta excepcionalidad: “Artículo 9. Uno. Por la declaración del Estado de Alarma todas las autoridades civiles de la Administración Pública del territorio afectado por la declaración, los integrantes de los cuerpos de policía de las Comunidades Autónomas y de las corporaciones locales, y los demás funcionarios y trabajadores al servicio de las mismas, quedarán bajo las órdenes directas de la autoridad competente en cuanto sea necesario para la protección de personas, bienes y lugares, pudiendo imponerles servicios extraordinarios por su duración o por su naturaleza... Artículo 11. Con independencia de lo dispuesto en el artículo anterior, el Decreto de declaración del Estado de Alarma, o los sucesivos que durante su vigencia se dicten, podrán acordar las medidas siguientes: A. Limitar la circulación o permanencia de personas o vehículos en horas y lugares determinados, o condicionarlas al cumplimiento de ciertos requisitos. B. Practicar requisas temporales de todo tipo de bienes e imponer prestaciones personales obligatorias. C. Intervenir y ocupar transitoriamente industrias, fábricas, talleres, explotaciones o locales de cualquier naturaleza, con excepción de domicilios privados, dando cuenta de ello a los Ministerios interesados. D. Limitar o racionar el uso de servicios o el consumo de artículos de primera necesidad. E .Impartir las órdenes necesarias para asegurar el abastecimiento de los mercados y el funcionamiento de los servicios y de los centros de producción afectados por el apartado D del anterior artículo”.
Nuestro Gobierno ha tenido que actuar con rapidez y contundencia, como la ocasión se lo merecía, y siendo consciente de las consecuencias de sus actos. Recordemos que, tras una noche en vela, se tomó la decisión que hoy presuntamente se ampliará gracias al apoyo del Congreso de los Diputados y cuyos efectos inmediatos serán que podamos tener garantizados nuestros traslados en las próximas navidades, aunque no nos puedan garantizar la felicidad.

viernes, 3 de diciembre de 2010

El septuagésimo tercer aniversario de Ramón LLull

Admito que iba a titular este artículo “Me la trae floja”, pero al leer esta mañana que el Presidente del PP palmesano afirmó ayer que el “Doctor Illuminatus” nació en 1932 no he podido resistirme, permitidme esta licencia.
Y es que realmente creo que, a mí y al resto de los ciudadanos de Palma, nos importa muy poco quién sea el candidato del Partido Popular a la alcaldía de nuestra ciudad, lo más importante de la reunión de ayer era saber las líneas del Programa Conservador y sus soluciones.
Pues nada, que seguimos igual. Del Programa nada de nada y todo fue una pantomima neoclásica al más puro estilo tragicómico en el cual el Sr. Rodriguez, rodeado de sus acólitos, véase el clan de los Frau, Gijón, Fuster, Martínez, etc…, se dio un homenaje frente al Sr. Bauzà.
Sinceramente, no creo que nadie esperase nada más de esa reunión, ni siquiera los convocados…