viernes, 12 de marzo de 2010

Papá Estado

Hoy por hoy hemos cogido la curiosa costumbre de culpar al “Estado” de todos los males que nos ocupan.
Cuando una tormenta de nieve arrasa con una instalación eléctrica obsoleta, no buscamos culpables en la compañía que nos ha cobrado puntualmente los recibos y que nos debe el mantenimiento de la línea (contractualmente pactado) sino que preferimos depurar responsabilidades en el responsable político. Algunos afirman que “viene en el cargo”.
No hace muchos años, existía la costumbre de barrer y fregar el portal de su casa. Me acuerdo perfectamente de las tertulias matinales que se formaban en los portales de muchos barrios de Palma donde la figura del barrendero brillaba por su ausencia y nadie se planteaba de quien competía esa tarea, simplemente se hacía para demostrar que en esa casa habitaba gente civilizada. Hoy cuando nos encontramos nuestras aceras sucias no podemos pedirles a las empresas privadas de limpieza que se hagan cargo ya que “el contrato con la Comunidad de Vecinos solamente les vincula desde el portal”, por lo que esperamos que la empresa pública nos solucione la papeleta y protestamos porque las máquinas hacen mucho ruido o porque los chorros del agua nos han ensuciado el monovolumen.
El efecto de la crisis se podría haber suavizado con una buena dosis de humildad. Demasiados años de egocentrismo han conseguido un verdadero ejército burgués en nuestra sociedad y nadie quiere volver a ocupar su sitio en una sociedad que hoy demanda una verdadera implicación social.
Nadie duda que el Estado Social y Democrático de Derecho, con toda su carga intervencionista, sea el mejor de los sistemas conocidos (o al menos el menos malo), pero esta tendencia de culpar al “Papá Estado” de todos los males es una cosa que nos tendremos que hacer mirar…

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