La banda terrorista ETA quiso despedir el año como solamente ella sabe hacer, es decir, sembrando el pánico entre los demócratas. Esta vez solamente hemos tenido que, muy a su pesar, lamentar daños materiales, pero no cabe la menor duda de que estos asesinos sin escrúpulos han querido dejarnos en la retina su ingrato recuerdo para la Nochevieja.
Lo curioso del asunto es que han lecho un atentado totalmente mediático, es decir, han atentado con intenciones publicistas contra diversos medios de comunicación demostrando su absoluta carencia de ideales y valores porque, vamos a ver, cómo se puede defender unos ideales nacionalistas destruyendo uno de los pilares de nuestro sistema, la libertad de prensa.
Qué ideales mueven a esos jóvenes de la “kale borroka”, cuando han mamado la Democracia desde la cuna. Hoy muerden la mano de quienes les aseguraron esa libertad que hoy violan y mutilan. ¿Acaso son conscientes de que lo que hoy intentan destruir fue, un día, el sueño de sus mayores?
Qué diferencia con otras juventudes que hoy lideran partidos demócratas, sangre nueva que cada día nos demuestra que lo que se ha conseguido es solamente el principio de lo que podemos conseguir. Que lo que tenemos ya no tiene vuelta atrás y que ahora disponemos de un maravilloso canal para solucionar nuestros problemas, el diálogo.
“La libertad no es una filosofía y ni siquiera es una idea: es un movimiento de la conciencia que nos lleva, en ciertos momentos a pronunciar dos monosílabos: Sí o No…” (Octavio Paz, La otra voz)
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